ESCENA 19
Huang Jo-She no las tenía todas
consigo, desde que Luben había venido a aquellos pagos todas las
damiselas estaban especialmente bondadosas, respetuosas, meditativas
y moderadas. Su amada desconocida y dotada no podía quedar fuera de
esa atracción, sería poco moderado.
Precisamente iba paseando por el
bosque de alerces camino de la parte posterior del pabellón cuando
lo vio allí, bajo el gran sicomoro rojo meditando ¡Se le veía tan
sabio y prudente! Y además nadie mantenía la coleta tan recta y
brillante como él.
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El pobre pretendiente ocular de Lu Pi-Tan no quiso interrumpir la paz de aquel hombre y decidió, por una vez, pasar por delante del Pabellón, generando cierto desasosiego en las garzas o grullas que allí habitan, acostumbradas a que todo pase tras ellas.
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Mientras introducía en su vida este importante cambio de dirección Huang Jo-She decidió meditar como si se tratase de una damisela enamorada de Luben ¿Realmente él se complacía con la idea de desposar a Lu Pi-Tan? Si se trataba de sinceridad interior debía decir que le complacía moderadamente, si se trataba de la no-conversación que sobre el tema mantenía con su madre, la moderación era más grande. Si se trataba de lo que oía al servicio la moderación en su gusto por la chica era muy grande. Decidió concluir que el servicio había estado siempre más cerca de los sentimientos verdaderos y que lo más probable es que él sintiese una moderadísima inclinación por la chica.
Más contento después de haber llegado
a una conclusión abandonó aquel escenario.