ESCENA 8
El duque de Chun se había escondido
en el bosquecillo de alerces que había a un lado del pabellón a la
espera de que pasase la linda damisela. Y de hecho Lu Pi-Tan se
disponía a ir hacia el poniente, como siempre, con la vaga idea de
toparse con aquel desconocido de cuidada coleta y ojos oblicuos que
la había mirado de reojo. La cantidad de polvos de arroz que se
había echado encima era tan extrema que rezaba para que no nevase o
nunca la encontrarían entre el blanco elemento.![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8grQBgabJzjZvUqlHtfuK3ytV9VbLTvkscLGqCee5qt0BrEM-0vgkceTiuhWa0cqs6tl2UkXTfa4gcngN1BWeHFgdjpMD7Lhn35VgrlnhaaQhMxToj3XhomPP82QQOMl7NnKQ0wi0dI95/s320/2013-02-06+15.19.39.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8grQBgabJzjZvUqlHtfuK3ytV9VbLTvkscLGqCee5qt0BrEM-0vgkceTiuhWa0cqs6tl2UkXTfa4gcngN1BWeHFgdjpMD7Lhn35VgrlnhaaQhMxToj3XhomPP82QQOMl7NnKQ0wi0dI95/s320/2013-02-06+15.19.39.jpg)
Ilustración 1: El duque de Chun se esconde en el bosque de alerces
Cuando sus pasos se aproximaban al pabellón, y ella también, de pronto tuvo una extraña visión, al principio pensó que al cielo se le había dado por estamparse, lo cual no le parecía mal. No estaba en contra de sus nubes, de sus cambios de color, de su profundidad, pero un estampado era algo que le estaba haciendo falta a los cielos de la China Central. Aún así Lu era una Pi-Tan, y la sangre de esos nobles morereros fluía por sus venas, así que su mente dijo “No puede ser”. Aquello no era un estampado era una señal. Y la señal indicaba que el bosque de alerces al lado del pabellón era como una jaula. Lu Pi-Tan pensó en el anagrama de jaula y sus posibles significados y raíces.
-Tiene el mismo radical que trampa.
Ilustración 2: Lu Pi-Tan ve la trampa
Y oírse decir eso una fuerza salida
de no se sabe donde la hizo avanzar a grandes pasos con sus pequeños
pies y esconderse dentro del pabellón. Allí había mono encerrado.
El duque Chun-Go consultó la posición
del sol. Se estaba haciendo tarde y era hora de propasarse con las
lavanderas del río Verde, formado por la confluencia de los ríos
Amarillo y Azul, y que al juntarse con el río Rojo daban lugar el
hermoso río Marrón. Sin pensarlomucho más, se marchó.
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