lunes, 27 de agosto de 2012

No seas Tirana




 Atrás quedaron la animación del Taiwan, las terazas del Bloku, el vértigo del teleférico del Dajti y la paz del lago... ¡Ay! pero vuelvo a la carga cargado con las más hermosas novedades del género que se están creando en la tierra de las águilas.

Título original: Nuk do të jetë një tiran
Directora: Mirupa Fshim
Año: 2012
País: Albania
Temática: Enredo de móviles y terrazas
Guionista: Falemin Derit
Música: Coro de Afectados por la Contaminación de Elbesan interpreta a Shakira
Intérpretes: Më Falni (Naïm) y Ju Lutem (Marigo)

Sinopsis: Naïm camina por el centro de la capital. Marigo toma un café tranquilamente junto al lago. Sus vidas no sólo no parecen tener nada que ver, sino que no lo tenían. Ella trabaja en correos en Çameria, es una mujer eficiente en su trabajo pero algo desapegada en el mundo social y familiar. Él trabaja en una sucursal del banco Raiffaisen en la rruga 4 Dëshmorët, y es un hombre un tanto abrumado por sus responsabilidades, aunque nadie sabe muy cuáles son, porque su trabajo es más bien mecánico, está soltero y vive en un piso de propiedad. Sin embargo ambos, por motivos distintos, acaban inscribiendo su número de teléfono móvil en una de esas listas de llamadores anónimos. Y es precisamente en esos momentos, cuando Marigo toma su café de media mañana en la orilla del lago y Naïm pasea por el Centro que éste decide marcar uno de los número a voleo y sale ella. 
"-Soy un desconocido.
-Yo una desconocida."
Y así empiezan una conversación larga en la que se cuentan sus cosas sin importarles mucho que el otro escuche o no. No dicen su nombre, no dan datos reveladores sobre su vida o su aspecto físico. Sólo hablan y hablan sobre las cosas que les preocupan a un nivel cotidiano y algo más trascendental. Uno cuenta lo que tiene que contar ese día el otro escucha, luego cambian los papeles y finalmente cuelgan. No hay consejos, ni comentarios, ni siquiera un "Ajá" para que el otro sepa que está allí. Realmente no importa.
Sin embargo poco a poco en sus conversaciones se va colando la idea de verse en algún lugar. No exactamente por verse, sino por tener un tiempo más grande para perorar, pues los minutos baratos son pocos y luego son demasiados lek los que hay que apoquinar. Ambos hablan vagamente de una terraza aquí o allá, hacen amagos. Ella deja lo deja plantado en dos ocasiones lo que da pie a que él pueda quejarse de algo más: de ella. Esta nueva posibilidad lo llena de alegría y se dedican durante tiempo a ello. Quedan, ella no aparece, él se toma solo una Tirana o una Korça y luego la llama y se queja amargamente ante el silencio de ella. Ella luego se queja de él diciendo que para un anónimo con el que puede hablar todo se vuelven quejas. Él insiste en que queden de verdad para deshacer el entuerto, vuelven a quedar en una terraza y cuelgan encantados de la vida. 
Como todo equilibrio perfecto llega el momento en que se rompe. Él la llama para quejarse desde la enésima terraza donde lo ha dejado plantado, se fija que la mujer solitaria de la mesa de al lado recibe una llamada al tiempo que él llama, le hace gracia, se fija como busca en el bolso el móvil, como lo mira y ve brillar sus ojos. Ve como contesta y al mismo tiempo escucha en su teléfono: "Diga". Sale corriendo, y aunque sabe que podría tratarse de una equivocación no vuelve a llamarla. Ella tampoco lo hace. Así que él acaba por llamar de nuevo y entonces ella dice "Adiós" y así se acaba el cuento.
Lo mejor: No es fácil retratar lo que retrata esta directora, pero ella lo hace sencillo.

Lo peor: Tal vez el tema sea demasiado ambicioso y la ejecución demasiado poco ambiciosa. El resultado es algún tipo de desfase difícil de describir.

Curiosidades: Para que la película fuese más creíble Mirupa buscó dos actores que nos e conociesen de verdad, y los llamaba a rodar a horas distintas, de forma que cuando al fin se vieron la sorpresa fue genuina.

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