miércoles, 29 de febrero de 2012

Pasamanería

Título original: Pasamanería
Director: Hermanos Muruski
Año: 2011
País: Eslavoina
Temática: Comedia textil
Guionista: Manel Strauss
Intérpretes:  Sofía (Nana Muruski), Vicente (Nino Muruski), niños (Adela Pi, Pinto Wroclaw-díaz) Madre (Arlina Walinskaia)


Sinopsis: Sofía y Vicente eran una pareja un poco como todas en el elegante barrio Violetta de Utípica, la capital eslavoina. Su vida transcurría entre su quehacer profesional, un poco indeterminado pero de alto nivel, sus clases de algún deporte exclusivo, sus reuniones con parejas parecidas en escenarios diáfanos, claros, precisos, sencillos que resultaban ser sus casas. No se podía decir nada malo de sus vidas, ni tampoco nada especialmente bueno. Como mucho se podía decir que Sofía sabía combinar como nadie la ginebra con casi cualquier cosa y que Vicente acertaba siempre con los complementos, o tal vez fuese al revés. 
Por una serie de imposiciones sociales y de casualidades esta pareja se ve en la necesidad de contratar a una niñera. Como carecen de hijos de forma personal y ya que tienen niñera, deciden buscar alguno que, durante algunas horas al día, tenga ocupada a la nueva sirvienta.
No es fácil la tarea, pero finalmente encuentran a una madre que les deja cuidar a sus pequeñuelos por un precio que les parece irrisorio. Ante sus sorpresa la buena de la mujer se siente agradecida por este acuerdo y les empieza a regalas pasamanería que hace en los momentos que tiene libre después de  trabajar en una fábrica de resfrescos de sandía. 
Sofía y Vicente están horrorizados con aquella profusión de todo que es la pasamanería, pero al mismo tiempo sienten una atracción fatal hacia aquel artículo supérfluo y recargado. 
Dejándose llevar por sí mismos, como les recomienda el psicoterapeuta que consultan sobre el teme, deciden adornar una habitación de las muchas de la casa, con aquello que la buena de la mujer les regala. La idea es que cuando vean todo lleno de pasamanería se asusten, una especie de terapia de aversión. El resultado es otro: les encanta estar en aquel cuarto, que cada vez tiene más y más pasamanería. 
Al principio guardan en secreto ese gusto aberrante, pero al final un día que están reunidos con otros amigos tomando un zumo de naranja con jengibre, confiesan públicamente su afición. Los más valientes deciden visitar la habitación y aunque casi todos retroceden espantados en un primer momento, luego se acercan y entran en aquel templo de lo profuso y superficial. 
A partir de ahí se desata una auténtica locura, todo el barrio Violetta está lleno hasta los topes de pasamanería. La vida de todos ellos ha cambiado para siempre.

Lo mejor: Los hermanos Muruski son unos actores consumados. Su buen hacer no pasa desapercibido, lo que sí pasa desapercibido es aquello de lo que no nos damos cuenta.
Lo peor: El final no redondea nada, es un poco obtuso, y es una pena en una película como esta.
Curiosidades: Aloina, las líneas aéreas de Eslavoina, hizo una prueba a partir de esta película y colocó pasamenería donde buenamente se pudo: mostradores, uniformes de azafatas, cortinillas del avión, puertas de embarque... el resultado fue que la gente encontró la compañía más confortable y segura.

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