lunes, 6 de febrero de 2012

Viaje de un gentilhombre de cámara de su Majestad a la superficie lunar

Empezamos hoy el repaso a una apasionante filmografía inexistente: la del Imperio Austrohúngaro. Desde la aparición de la primera película inexistente "Negro" hasta la desaparición del Imperio Austrohúngaro hubo un breve lapso de tiempo, apenas una veintena de años, pero fueron años muy fecundos. Ese Imperio a caballo entre la más rancia tradición medieval y la modernidad más rompedora generó un tipo de cine inexistente con unas cualidades muy especiales. Empezamos con esta futurista visión de un viaje trasplanetario.


Título original: Reise eines Kammerherrn Seiner Majestät auf der Mondoberfläche
Director: Franz Von Fritz
Año: 1909
País: Imperio Austrohúngaro
Temática: Entonces ciencia ficción, hoy no se sabe.
Guionista: Liu Stemheim
Intérpretes: Kärl Mutchnishck (Gentilhombre Otto Von Brestköling)

Sinopsis: Los estudiosos al servicio de su majestad real e imperial descubren que su persona es descendiente de un lunático. Intentan ocultarlo, pero al poco, no sabiéndose cómo ya hay una opereta sobre el tema y las floristas de Viena tararean un schotisch acerca del abuelo lunático. Su Majestad se entera y responde de la forma menos esperada. Si un antepasado suyo es un lunático seguramente tiene algún derecho dinástico sobre el satélite de la tierra, o como mínimo sobre algún que otro principado de aquel planeta. El emperador no es ambicioso, pero si logra demostrar sus derechos sobre algún principado, condado, o ducado tal vez, poco a poco se pueda hacer con una buena porción del mundo lunar.


Decide que va a mandar al hombre del momento, el gentilhombre de cámara más apuesto y con el bigote más tieso de su corte a la luna. Fabrican un cohete y allá lo mandan. Desde la luna el pobre caballero descubre asombrado que es posible ver todo el Imperio Austrohúngaro de vez, que toda aquella amalgama de pueblos, religiones, idiomas, y psicólogos visto desde lejos no sólo parece una unidad sino que parece formar parte de otros trozos de tierra cuya suerte no los colocó bajo el trono de su Majestad. Vuelve a la tierra cambiado. El Emperador lo condecora, pero pasado el tiempo al ver como descuida su bigote, como sus charreteras no son las más brillantes y como deja en paz a casi todas las condesas acaba encerrándolo en Polonia. Todos se han olvidado del asunto de la luna, pues ahora triunfa una nueva opereta con un tema absurdo sobre las mujeres de una isla de Portugal. Solo, en Polonia y sin saber qué pensar el gentilhombre de cámara de su Majestad se suicida. Lo piensa mejor, pero es tarde, ya está la bala en su cráneo.

Lo mejor: El ambiente de Viena, y la profundidad psicológica de sus habitantes es descrita con maestría por Franz von Fritz.
Lo peor: El ritmo es un poco extraño, y los cortes para poner cartelones en diecinueve idiomas no ayuda mucho.
Curiosidades: Las imágenes de la luna están tomadas en el Tirol, y a veces se nota ¿no os preguntasteis porqué los marcianos llevaban esos escuetos pantaloncitos de cuero con tirantes?

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