miércoles, 28 de diciembre de 2011

Nada perdura

Título original: Niets is duurzaam
Director: Consuelito Van der Scherm
País: Bélgica
Guión: Rälph Van der Boek.
Género: Intriga de mercadillo
Intérpretes: Berg Der Meer (Sanne), Jenkin Jurgggen (Vaner) y Dael van der Standbeeld (Betje)




Sinopsis: Otro martes más es la feria de Dries en pleno Flandes. Sanne intenta, como todos los días, vender su mercadería, sin por eso dejar de sonreír a Vaner que ocupa el puesto vecino en el mercadillo y en su corazón. Martes a martes se ven, se sonríen, comentan cómo van las ventas y se despiden sin que su relación avance ni un milímetro. Betje es una viuda que casi no sale de casa, su gata siamesa, su televisión por cable y su afición a los puzzles lo llena todo. Sin embargo cada martes va al mercadillo a ver si encuentra algo en concreto. Está convencida que una estatuilla china de la que tuvo que deshacerse vendiéndola en el mercadillo ha de volver y podrá recomprarla. 
La señora Betje va tantas veces al mercadillo sin comprar nada que bien podría llamar la atención su presencia y bien podrían saber todos qué es lo que buscaba, pero nadie sabe nada, porque nadie pregunta nada. 
Vaner ha decidido regalarle algo a Sanne a cambio de nada de dinero porque cree que sería bueno unificar sus puestos y sus vidas. Justo acaba de recibir una estatuilla china que tal vez tenga valor para alguna viuda retirada, pero que en el mercado libre apenas vale un par de euros. 
A la señora Betje le ha parecido ver una linda estatuilla en el puesto de Vaner y le pregunta al muchacho, éste echa balones fuera (o usando una expresión local, Valonias fuera). Betje sabe que él tiene la estatuilla, Sanne que sigue la escena no sabe qué pensar, todo vendedor tiene la obligación de vender, hasta que Vaner le dice la verdad: no quiere venderle la estatuilla a la señora porque quiere regalársela sin cobrarle nada. Sanne se emociona y ésta a punto de aceptar la estatuilla oriental cuando la señora Betje los intercepta.
Aquella estatuilla había sido un regalo de su marido, una noche había ido hasta Gante y se había pasado con el grog, y para compensarla le había regalado aquello. Ella la había vendido cuando él murió para poder comprarse su primer 2000 piezas... eran tiempos difíciles, sin los puzzles no hubiese salido adelante... ahora quería recuperarla. 
Una estática emoción los embarga a los tres, lo que hace que la estatuilla caiga al suelo. Los tres la miran hecha añicos sobre la superficie asfaltada. Y luego se miran entre sí y se despiden. 


Lo mejor: La tensión entre los personajes, el ritmo, la forma contenida de contar este gran drama humano. No es de extrañar que la revista "El Gutural" la haya clasificado como una de las siete mejores películas de intriga de mercadillo.


Lo peor: Es cierto el dicho ese de "canta en tu pueblo y te harás universal", aún así creo que la película peca de excesivo localismo. Diez minutos narrándonos la normativa municipal sobre mercados de Dries nos parece un poco de más. Además, no entiendo por qué los puestos de gorros y los de guantes tienen que estar claramente separados.

3 comentarios:

  1. Hubo un momento en que creí que Vaner le daría la estatuilla a Betje ¡qué inocencia la mía! Películas así hacen madurar.

    ResponderEliminar
  2. No es por ser tiquismiquis (tex-mex en mejicano), pero estoy convencida de que la estatuilla era una geisha. Aunque puede que no, porque tengo una tele de 10 pulgadas en blanco y negro y no se ven nada bien las estatuillas. Para mí lo mejor es la señora que se lleva dos ponchos de lana por el precio de uno, eso sí que es regatear y no lo que hace Pedro cuando lo llamos por teléfono. Un beso. Antía

    ResponderEliminar
  3. Una Geisha estrábica, si señorita ¿dónde has conseguido esa tele? Te habrá costado una pasta... ay! cuçantos darían hasta euros por ver el mundo en blanco y negro y en 10 pulgadas

    ResponderEliminar