lunes, 2 de enero de 2012

¿Dónde está mi hogar?

Título Original: Parcela H38
Director: Daniel Combarro.
Guión: de la novela de Daniel Combarro ¿Dónde dejé el auto, los niños y la casa?
País: Chile/Bolivia
Tema: Memoria suburbana
Música: de Arpeij, a partir de arreglos de Richard Clayderman.
Intérpretes: Daniel Combarro (Rafa), Ismael Lomonaco (Tilo), Felisa Álvarez (Lita)

Sinopsis: Rafa tiene miedo a salir de su casa, no está seguro de poder recordar el camino de vuelta. Recuerda que la última vez que salió acabó detenido por intentar entrar en casa de tres vecinos distintos. Por suerte el juez le impuso arresto domiciliario y la policía se encargó de llevarlo a casa, fue una investigación difícil, pero llegaron. Tilo está obsesionado con la decoración interior de su casa, quiere que sea exactamente igual a la de su vecina, Lita, lo cual le obliga a espiar la casa en cuanto ésta sale. Lita trabaja a destajo para poder pagar unas deudas que le dejó su padre en herencia. Recuerda la hermosa casa que tenía frente al Pacífico, con patio y todo. Ahora no recuerda por qué le pareció buena idea asumir las deudas de su padre para limpiar su buen nombre. Allí en aquel mundo suburbano nadie tiene memoria. Un día en que había trabajado de más Lita se confunde y entra en casa de Tilo, aunque algo no encaja encuentra todo en orden. Tilo había ido tan lejos en su copia que tenía la misma cerradura. Así, sin darse cuenta empiezan a vivir juntos.
Rafa necesita salir de casa, su yo interior se lo exige a gritos, al final decide hacerle caso, pero en dos cuadras y tres manzanas se pierde, entra en pánico y también en la casa de Lita, ahora vacía. Espera allí tranquilo a que la policía venga y lo detenga, y que el juez lo encierre otra vez en su propio domicilio. Pero  no ocurre nada de eso. Poco a poco va reconociendo la casa, se fija en las fotos, en la ropa, en la decoración. Permanece a oscuras y ve como una mujer igual a la de las fotos enciende la luz de la casa de al lado, la casa es idéntica a esta, la mujer es la misma y va vestida igual que un vestido que vio en el ropero. Rafa no sabe cómo interpretar esto, así que decide dormir. Por la mañana temprano ve a Lita salir a trabajar, entonces descubre que en la casa de al lado también vive un hombre, Tilo.
Al llegar el final del día y de la jornada laboral Lita vuelve a casa pero esta vez a la auténtica. Rafa se esconde, no sabe por qué está atrapado en aquel triángulo de hogares. Durante días Lita alterna una casa y otra un poco sin darse cuenta. Tilo espía la casa originaria de Lita y no descubre nunca a Rafa que ha aprendido de él el arte de esconderse.


Lita confiesa a su compañera preferida de trabajo, mientras almuerzan un sandwich y un pisco suor, que está cansada de vivir sola. Y mientras esto ocurre en alguna oficina iluminada de más en el suburbio Lito y Rafa se ven por casualidad mirando por la misma ventana de las casa idénticas. Curiosamente se parecen bastante. Los dos se miran con curiosidad. Tilo, sin decir nada, desaparece un momento y reaparece con una camiseta del mismo color que la que tiene Rafa. Éste comprende y desaparece para aparecer con un pantalón idéntico al de Tilo. Los dos se sonríen mutuamente.
Lita nota algo extraño en su vida, como si la atmósfera de su casa se hubiese vuelto cada vez más cálida, aunque no sabría decir por qué.Un día sale antes del trabajo y descubre a Tilo en su casa, de él, aunque ella crea que es de ella. Tilo huye y se refugia en su casa, de ella, donde Rafa lo recibe encantado. Entonces los dos imitadores empiezan a seguir juntos a Lita, cambiando de casa cuando ella cambia, observándola desde el otro lado. Ellos se visten igual, comen lo mismo, casi no hablan pero al hacerlo imitan la voz del otro. Llega un momento que no saben cuál es cuál, salvo por dentro.
Finalmente Lita es despedida. Decide entonces irse a vivir a una caleta del sur, Rafa-Tilo se enteran, no saben qué hacer, tal vez allá en el sur haya una cabaña igual a la que va Lita. Deciden descubrir todo el pastel. Lita se queda sorprendida y un poco indignada. Decide denunciarlos, aunque ella esta viviendo en casa de Tilo... decide marcharse sin mirar atrás... pero mira. Decide quedarse, pero con una condición, ella no sabe nada de ellos.
Todos sonríen felices.

Lo mejor: La interpretación de Felisa, como siempre magistralmente dirigida por Daniel Combarro.  La ambientación es buena, el ritmo, la iluminación escasa está muy conseguida... bien.
Lo peor:  Tal vez lo peor es que se trata de otra historia más de soledad y suburbios ¿la gente no se irá a los suburbios para estar sola?
 Curiosidades: mucha gente se pregunta cómo consiguieron tener las dos casa tan iguales, bueno sólo había una casa, cambiaban los actores, es más fácil.

1 comentario:

  1. Me recuerda a una cosa que le pasó a mi madre ¡qué gracia!

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