lunes, 9 de enero de 2012

La maja sin faja

Título original: La maja sin faja
Directores: Benito Bueno y Amalia Mala.
Año: 1977
País: España.
Temática: Destape artístico.
Intérpretes: Auxiliadora Cheng (Princesa Mikono), Paco Crespo (Ludovico), Alonso Fernández (Manolo el Belga), Tiresias Corujo (Cuatrero),


Sinopsis: Ludovico es un marchante de arte al que las cosas parecen irle bien, su galería en la calle Serrano es visitada por toda la gente importante de la capital, su casa en la sierra tiene tres piscinas, su mujer le permite ser infiel con quien haga falta para que el negocio prospere, sus hijos están en unos carísimos internados donde apenas se los percibe. Pero nadie como él que ha vivido siempre del arte de otros para saber que las apariencias no son lo que parece.
En realidad debe mucho dinero, ha hecho unas malas inversiones y sus deudas están en manos de unos traficantes de ganado a Portugal. El Cuatrero le aprieta las tuercas. Y en esto, cuando está a punto de hacer algo desesperado, matar a su mujer para cobrar el seguro de vida, aparece la princesa Mikono, una gran coleccionista asiática de arte occidental.
La princesa quiere un Goya, y  no le sirve uno cualquiera, quiere uno bueno, de 98 x 191. Ludovico se queda aterrorizado, son las medidas de las majas. Le dice a la princesa que venga al día siguiente y mientras contacta con su mejor amigo y buen falsificador de obras, Manolo el Flamenco. Le propone robar una de las majas del Prado, pero su tío es jefe de seguridad y si lo despiden por robarla lo matan en casa, así que deciden otro plan: falsificarán una ¿pero cuál? hay un debate telefónico con la pantalla dividida en dos, en que los dos dan argumentos a favor de una y de otra, al final se enfadan y Ludovico acaba gritando "Ni pa ti, ni pa mí".
Se hace el silencio ¿y por qué no una nueva maja? una maja a medio vestir o a medio desnudar según se sea de pesimista u optimista. Manolo se pone a falsificar y pegar pero necesita tres días para que seque y la pátina del tiempo sea creíble.
Cuatrero vuelve a aparecer. Promete partirle las piernas y quedarse con su chalet de tres piscinas si no le paga. Ludovico le ofrece su mujer, así como medio en broma. Incluso se ofrece a sí mismo... pero Cuatrero no ama a las personas al tuntún sino ama el dinero y las ovejas merinas. Le da tres días.
Ludovico intenta distraer a la princesa. Le presenta a Manolo el Flamenco como gran conocedor del arte, y éste, en un momento en que Ludovico se va al baño porque le entró una carbonilla en el ojo, le habla de la existencia de la tercera maja. La princesa Mikado la quiere. A Manolo se le iluminan los ojos ¿y si se la vendiese sin que Ludovico supiese nada? Podría al fin dejar de ser falsificador de obras de arte y hacer lo que siempre quiso: nada.
Ludovico le pregunta si pudo colocarle la historia de la tercera maja a la princesa Mikado, Manolo lo niega, no tuvo oportunidad. Sin embargo la princesa se lo cuenta a unas amigas princesas orientales también, pero menos. Poco a poco de grupo de princesas orientales en grupo de princesas orientales pero cada vez menos la noticia de la existencia de una tercera maja llega a oriente próximo, y de allí a Europa adelante en poco tiempo.Al poco un grupo de duquesas madrileñas comenta la historia, pero unas han seguido el chisme desde París y dicen que la maja está desnuda de cintura para abajo y otras las noticias de Marrakech según las cuales está desnuda de cintura para arriba.


Al final hay mucha tensión en el ambiente, el propio Ludovico oye hablar de su cuadro por varias vías. Llega a pensar que realmente existe esa tercera maja.
Al final Manolo intenta quedar con la princesa Mikono pero ésta está más que dispuesta a comprar sólo a Ludovico, todas las duquesas que visita le han asegurado que no compre nada fuera de la calle Serrano, ni un milímetro. Así que el pobre falsificador se aviene a quedarse sólo con la comisión. Ludovico, que no sabe nada de esto, le apremia. Cuando al fin princesa y maja están juntas la más oriental de las dos se queda perpleja: aquello no puede ser más que una falsificación... pero su profunda educación shintoista, un cierto gusto por lo falso y  unas repentinas ganas de gastar hacen que se decida a comprarla y no decir nada, todo será pagar a dos o tres especialistas para que aseguren que forma parte del canon de Goya.
Ludovico está trastornado ¿será un goya de verdad? Sabe que no, pero al mismo tiempo duda. Los yenes ocupan casi toda su mano y su conciencia ¿habrá hecho bien? ¿será justo que una parte importante del patrimonio nacional, falso, pero nacional, se vaya a tierras lejanas? Está a punto de deshacer el trato cuando la cara hirsuta del Cuatrero asoma por la puerta. La suerte está echada, pondrá una cuarta piscina en su casa de la sierra.

Curiosidades: Después de su estreno una embajada oriental preguntó si realmente existía la tercera maja y si estaba en venta. También es curioso que esta película dio nombre al grupo de pop "La tercera Maja" conocido por intentar llevar al reino de esta música las pícaras canciones de la revista.

3 comentarios:

  1. ¿Esta no es un remake de otra de los años 40? "La faja de la maja" creo que trabajaba Elmo Dovar y con Peter o Tool (ya no me acuerdo cual de los dos era)solo que al final en la antigua la maja del cuadro envejece y la princesa se hace un tratamiento de veneno de serpiente que le rejuvenece, y tambien cambia lo de las piscinas eran en la antigua lavaderos para el servicio...Pero me gusto mas esta, es mas dinamica y en color la maja gana mucho.

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  2. Sí, es un refrito, pero era Piter de Otur el protagonista. Muy buena esa versión, si señora

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  3. Ay, Peter de Otur! Gran figura de la cinematografía asturiana junto a Henry Felgueroso

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