martes, 19 de febrero de 2013

Los chinos tang bien lloran 12


ESCENA 12

Mientras Lu Pin-Tan y Huang Jo-She mantenían su muda conversación acerca de la dote que ella poseía ahora, además de algunos comentarios jocosos sobre las Analectas de Confucio, Sue Gla no perdía detalle subida al Monte del Dragón Dormido de Poniente. Alabando al Dios-Mono con uno de sus hemisferios cerebrales por concederle tan buen oído y vista, y calculando el monto de la dote de la chica con el otro no se había apercibido en un primer momento de que algo pasaba en el bosque de alerces ¿Qué hacía allí aquella pequeña escolta de cien hombres armados a caballo?¿De quién era aquella armadura forjada en To Le-Dong, según le parecía ver desde las alturas?
-¡Oh, Por los cien emperadores calvos de la Era de las Primaveras y los Otoños Fríos! ¡Es Él!
Y lo era.


Ilustración 1: Sue Gla descubre a Chung-Go escondido en el bosque de alerces, y recuerda



-¡Oh!
Antes de seguir exclamando de forma inmoderada se pasó al modo reflexivo y recordó las circunstancias en que había conocido al Duque de Chung. Se acordó de ella misma ¡qué joven e inexperta era entonces su ambición! Y aún así echaba de menos aquel empuje y decisión. Y también recordó que la libidinosidad de Chung-Go era igual de refrescante. Por un momento bajó la guardia y vio al duque como si fuese un libidinoso ritual, estaba preso en su papel ¿pero no el pasaba a ella lo mismo? Se imaginó por un momento como una inocente y bondadosa dama budista y casi se cae del monte de risa, eso sí, contenida
Todos estos años sin verlo, sólo en algún rollo del Ho-Lang! Mientras esperaba a que la atendiese el acupuntor... siempre rodeado de concubinas, raptos, desposando mujeres bien dotadas...
Y de pronto en su cerebro bien entrenado saltó un resorte ¿No estaría su Armoniosa Alteza el duque de Chung intentando birlarle la mirla blanca a su hijo Huang Jo-She? La posibilidad la dejó sin habla interior unos minutos, pero como el cálculo probabilístico es una de las pasiones nacionales de la China Central al poco ya había hecho unas cuantas integrales y con su ábaco de bolsillo había llegado a una conclusión: las apuestas estaban 100 contra 0 a favor de que así fuese.

                                                      Ilustración 2: Lo impedirá
-Lo impediré.

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