lunes, 11 de febrero de 2013

Los chinos tang bien lloran 6

ESCENA 6

Ilustración 1: Huang Jo-She recuerda a su amada con la luna de testigo

Esa misma noche Huang Jo-she subió al monte del Dragón Durmiente de Levante y allí a la luz de la fulgurante luna llena recordó el encuentro tras el pabellón ¡qué hermosos y pequeños pies!¡Qué forma más sutil de mirar y no hacerlo! ¡Qué sedas tan brillantes la envolvían! ¡Qué de polvos de arroz llevaba encima! Parecía la misma luna por su palidez. Una parte muy confucionista de su cerebro le dijo que si la seda era rica y los polvos de arroz abundantes la chica tenía que tener posibles ¿se trataría de una chica dotada? Su corazón dio un vuelco y suspiró. Tal vez la herida infringida por el Dios-Mono que levantó el Humo Verde que acabó con las moreras de su prometida fuese restañada con esta nueva mujer fecunda y amable.

Ilustración 2: Lu PI-Tan se lamenta ante las grullas o garzas. Elogio de la naturaleza

Debido a su vida mundana en Pekín Lu Pi-Tan va a el pabellón cuando la luna ya esta más baja, pero esa misma noche,también ella recuerda mentalmente el encuentro ¿y si al final en su pueblo volviese a encontrar lo que andaba buscando?¿Pero una mujer como ella sin dote podría aspirar a la felicidad conyugal? Mucho más lúgubre llegó a pensar ¿pero existe la felicidad conyugal? Y sin embargo al recordar el orden perfecto de la coleta de aquel hombre su mirar al bies desde sus ojos oblicuos... algo en su pecho ardía. Lu Pi-Tan miró a las garzas o grullas que allí seguían junto al pabellón y dijo o declamó:
-Oh vosotras garzas o grullas que no necesitáis para ser bellas ni polvos de arroz, ni vendas en los pies, ni postizos en el pelo, ni ceniza en los dientes para que no brillen, ni kilos de sedas para recubriros...¡Ni dote para casaros! Qué felices se os ve ahí picoteando insectos en el lodo.
Y sin poder evitarlo dejó que alguna lágrima surcara los valles de su cara, valles de arroz pulverizado, claro.
El Genio del Pabellón también se emocionó por este canto a la simplicidad y decidió que en esta partida se pondría de su parte si venía a cuento.

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